Un día soleado de verano en el “Versailles gallego”, ¡qué más se puede pedir! Eso fue lo que tuvieron que pensar los invitados a la boda de Fernando y Almudena, porque parecía una boda de cuento, enmarcada por este maravilloso pazo inabarcable. Todo al aire libre, desde la ceremonia hasta la fiesta, pasando por el cóctel y el banquete.